Descripción
No es fácil de transformar una antigua y humilde casa gallega en un pequeño paraíso, donde cada rincón evoca paz y tranquilidad, con una superficie ajardinada de 3800 m2 mimada hasta el último detalle, plagada de flores, arboles autóctonos de la comarca, muchos de ellos con un valor incalculable por sus características y años nos encontramos con esta hermosa propiedad en la Comarca del Salnes.
En la vivienda se ha sabido conservar su elemento principal “ La piedra “, en torno a ella y conservando los antiguos muros de cerramiento se levanta su sencilla y humilde estructura, los pequeños detalles decorativos de sus jardines, edificaciones anexas como el cuarto de calderas y el espectacular empedrado del patio. La superficie construida es de aproximadamente 163 m2 y está distribuida en dos plantas perfectamente diferenciadas en zona de día y zona de noche. En planta baja nos encontramos con el gran salón comedor que hace también la función de recibidor, cocina, despensa y un amplio baño. Podemos apreciar la escalera de madera que sirve de eje principal y acceso a la planta superior donde tenemos dos amplias habitaciones, bañadas de luz natural gracias a los amplios ventanales que conservan la estructura original de las casas solariegas gallegas y un baño común. Todos los elementos estructurales y decorativos de la vivienda conjugan perfectamente para darle esa aparente simplicidad pero sin restar ni un ápice de buen gusto y elegancia al conjunto. La vivienda tiene aspiración centralizada, el agua caliente y calefacción es de caldera de gasoil.
Nos adentramos en sus bellos jardines y nos encontramos con una formidable piscina de agua salada, rodeada por una frondosa vegetación que nos sirve para aislar la zona de baño del resto de los jardines con riego automático, por su variedad de especies podríamos casi hablar de un jardín botánico. Disponemos de agua de pozo.
La propiedad la completa un garaje para dos coches, una cocina exterior con barbacoa, aseo, lavanderia, pequeño taller.